Reseña: DOOM: The Dark Ages

Pocas franquicias tienen tanto peso en la historia de los videojuegos como la saga de DOOM. Con su primer título lanzado para el sistema operativo DOS el 10 de diciembre de 1993, inmediatamente quedó grabado en la historia de los videojuegos con letras de oro.
DOOM: The Dark Ages es el más reciente título desarrollado por id Software y distribuido por Bethesda. Fue lanzado este 15 de mayo como juego multiplataforma para PlayStation 5, Xbox Series, Microsoft Windows, y también está disponible en servicios de streaming como GeForce Now y Project xCloud.
Lo bueno
El juego conserva todas las cualidades que han marcado a la franquicia por más de tres décadas. id Software nos da una cátedra de lo que debe ser un buen juego de disparos: frenético, caótico y brutalmente divertido.
Desde el primer minuto, DOOM: The Dark Ages deja claro que es intenso y exige reflejos rápidos. Los combates están diseñados para mantener al jugador en constante movimiento, aprovechando cada arma, habilidad y entorno para sobrevivir a oleadas de enemigos invocados desde el mismo infierno. La música, compuesta por una mezcla poderosa de metal industrial y sonidos medievales con un aura oscura, acompaña cada batalla con una energía que te hace sentir implacable.
La inteligencia artificial enemiga es más agresiva y estratégica. Algunos demonios ahora se coordinan para rodearte, usar coberturas o presionarte en puntos estrechos. Hay una buena variedad de enemigos, incluyendo nuevas criaturas inspiradas en monstruos clásicos de fantasía oscura, que se suman a los ya conocidos. Esto mantiene los combates frescos, impredecibles y siempre intensos.
El diseño de niveles es uno de los más ambiciosos de la serie. Esta vez nos lleva a un mundo con una fuerte estética medieval, pero manteniendo ese ambiente futurista que caracteriza a la saga. Castillos góticos, catacumbas infestadas de demonios y fortalezas tecnológicas se combinan para ofrecer un recorrido visualmente espectacular y lleno de secretos.

Narrativa
La narrativa también recibe un impulso. Aunque sigue sin ser su fuerte, esta entrega nos lleva más adentro en el universo de DOOM, conectando eventos pasados con nuevas revelaciones sobre el Slayer y sus orígenes.

Duración y rejugabilidad
La campaña principal tiene una duración de entre 12 a 15 horas, dependiendo del nivel de dificultad y tu estilo de juego y habilidad. Sin embargo, la gran cantidad de secretos, rutas alternas, desafíos opcionales y mejoras ocultas hacen que valga la pena rejugarlo. Además, hay modos de juego adicionales que se desbloquean al avanzar en la historia, lo que alarga aún más la experiencia.

Progresión y personalización
DOOM: The Dark Ages cuenta con un sistema de progresión que permite mejorar tus armas, armadura y habilidades mediante recursos que obtienes en combate o exploración. Aunque no es muy profundo, es lo suficientemente flexible como para adaptar tu estilo de juego. Puedes volverte más resistente, más rápido o enfocarte en el daño con armas pesadas, por ejemplo.

Accesibilidad y configuración
El juego también incluye un buen número de opciones de accesibilidad: desde ajustes visuales hasta asistencia de puntería y modificación de la interfaz. Además, permite una configuración de controles muy completa, tanto en teclado y ratón como en gamepad, lo que lo hace accesible para todo tipo de jugadores.
Lo no tan bueno
A pesar de sus muchas virtudes, DOOM: The Dark Ages no está exento de detalles mejorables. La dificultad, incluso en los niveles más bajos, puede resultar abrumadora para nuevos jugadores, y el sistema de progresión puede sentirse algo limitado en comparación con otros shooters modernos. Además, aunque el apartado gráfico es sólido, se nota que se ha priorizado el rendimiento sobre la calidad visual. Aun así, el estilo artístico y el diseño de escenarios le dan una ambientación y estética únicas, con mucha personalidad.

Un solo jugador
Este juego solo tiene modo de un jugador. Tal vez para algunas personas esto sea un desacierto por parte de id Software, pero creemos que haberse concentrado totalmente en la campaña permitió un desarrollo centrado en ofrecer una experiencia individual mucho más pulida y envolvente.
Rendimiento
Como era de esperarse, el juego está muy bien optimizado. Lo ejecutamos en una PC con un procesador Ryzen 5 5600G, 32 GB de memoria RAM a 3200 MHz y una tarjeta gráfica Nvidia GeForce RTX 4060. El juego corrió con los ajustes en modo ultra a una resolución de 1920x1080. El rendimiento fue notablemente fluido, manteniendo un promedio de 85 FPS, con caídas momentáneas hasta los 70 FPS. En escenas de acción especialmente intensas, las caídas llegaron a 60 FPS, siendo 58 FPS el valor más bajo que registramos.

Conclusión
DOOM: The Dark Ages es una carta de amor a los fans de la acción sin concesiones. id Software demuestra que aún puede reinventarse sin perder la esencia que hizo grande a esta saga. Si lo tuyo es disparar, correr y destruir hordas demoníacas sin respiro, este juego no te va a decepcionar.
¿¿Lo recomendamos?? Por supuesto que sí. El juego es divertido, tiene mucha rejugabilidad y, sobre todo, es un DOOM: garantía de calidad.
